Las (muchas) vidas de Lee Miller

 

Anda suelta por mi memoria una primera idea sobre Lee Miller. Fue en una exposición en la Fundació Miró de Barcelona, hace muchos años, no sé cuántos y por una vez google no ha sabido sacarme de dudas. En ella había fotografías de Man Ray, y otras de Lee, quien fue su amante-compañera-colaboradora durante una época (aparte de modelo de muchas de sus creaciones). Y me quedé con la impresión de cómo, mientras el sin duda gran e innovador fotógrafo seguía con sus rayogramas y demás experimentos vanguardistas, ella se dejó sacudir por la urgencia de la actualidad convirtiéndose en una de las pocas fotoperiodistas (y reporteras) de guerra, y prácticamente la única que estaba en primera fila. De esa época data, por ejemplo, la famosa foto de una Miller desnuda en la bañera de Hitler.
Todo eso les cuento porque acabo de leer Lee Miller, cinco retratos, una estupenda novela gráfica de Eleonora Antonioni. Un ulterior ejemplo de las fenomenales posibilidades de este género para acercarnos vidas e interesarnos en personajes poco conocidos. Y para muestra un botón: llevo toda la tarde, buscando imágenes y más imágenesdatos, películas y otros libros sobre esta mujer arrebatadora que pasó de modelo de Vogue a fotógrafa retratista en el París bohemio de entreguerras, de esposa de un adinerado hombre de negocios egipcio a corresponsal de guerra, y finalmente, a lady Penrose y creadora de excéntricas recetas. Cinco retratos dice el subtítulo del cómic; The lives of Lee Miller [Las (muchas) vidas de L.M.] se llama un documental producido por su hijo en los años ochenta. Y es que la hermosísima norteamericana se reinventaba una y otra vez, cambiando de escenario, de amante, de país. Este arrojo, esta aparente sed de libertad, este amor por la trasgresión la podrían convertir en blanco fácil de cierta veneración feminista. Sin embargo, el cómic de Antonioni se hace cargo de los claroscuros del personaje. Ya en las primeras páginas apunta la vivencia que probablemente marcara toda la vida posterior de Lee: a los siete años, sus padres se vieron obligados a dejarla unas semanas al cargo de una familia amiga y de ahí la pequeña vuelve aquejada de una enfermedad venérea… Un personaje absolutamente fascinante, esta Lee Miller, brava, atormentada; una gran artista que llevó la mirada del surrealismo al fotoperiodismo. Y cuyas incesantes huidas hacia adelante terminaron en esa Farley Farm en Sussex que prometo visitar si algún día nos desperimetran, o cómo diablos se diga.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares