Quién custodia los recuerdos


Es la voz de la casa solariega que construyó Leandro al volver con su mujer de la emigración argentina la que cuenta las historias de tres generaciones de una familia; de sus mujeres, en realidad. Ella -la casa- es la última melancólica guardiana de las cartas, las fotografías, las pertenencias y los recuerdos de quienes habitaron sus estancias y recorrieron su jardín. Ahora ha llegado el momento de venderla. Una minúscula joya, esta Casa de 1908, de Giulia Alberico. Un relato en cuyas 150 paginitas caben, a modo de pinceladas, un siglo entero de historia, de historias, que sobrevivirán sólo en los objetos y en la memoria de quienes decidan hacerse cargo de ellos.

 
 

 
 

 
 

 
 

 






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