Pregunten a sus madres, mientras puedan
Tengo a
Belén Gopegui por una persona
extraordinariamente discreta que se mueve alejada del circo literario y su
impudor. Tengo para mí, además, que ella no necesariamente se definiría como
feminista o que, al menos, escrutaría bajo el microscopio (como hace con todo)
el significado de la palabra antes de aplicársela. Pues verán: Ella pisó la Luna. Ellas pisaron la Luna
es un librito tremendamente personal e intrínsecamente feminista. Nació como
una conferencia que la asociación Clásicas y Modernas le encargó y que debía
encuadrarse en un ciclo titulado Ni ellas
musas ni ellos genios. A Belén le tocaba hablar de Sánchez Ferlosio y
Martín Gaite. Pero salió por la tangente, una tangente inesperada: propuso
hablar de su propia madre y de su padre. Luis Ruíz de Gopegui, célebre astrofísico y
responsable de los programas de la NASA en España; Margarita Durán, mujer
inquieta, que dejó a un lado sus estudios de enfermería al casarse y nacer su primera hija con una grave parálisis cerebral, debido a una negligencia
médica. “El destino va a jugar sus cartas”, dice Belén en este librillo. Las mismas
cartas que son unas u otras, según una haya nacido hombre o mujer, en un
ambiente de clase media-alta, o pobre. Así que Margarita Durán se queda en casa
para cuidar de su hija Miriam, con dedicación, amor y aceptación. Pero al mismo
tiempo, contacta con otras mujeres en situaciones parecidas, monta una
asociación reivindicativa y tras la muerte de su hija (a la improbable edad de
veintisiete años) termina por convertirse en la coordinadora de Amnistía
Internacional en España para Argentina y Chile. No hay ni un ápice de victimismo en su
trayectoria vital, ni de sacrificio. Hizo lo que hizo con alegría y entrega.
Pero su gran e importante vida, como tantas, tantas otras, permaneció silenciada… hasta que su hija decidió ponerle palabras.
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