El efecto Henry Higgins o ¡Por qué la mujer no puede parecerse más al hombre!

Gracias a Carme Valls sabemos que los síntomas del ataque al corazón que creemos conocer son los del varón y no se parecen en casi nada a los de las mujeres; debido a nuestra Teresa Meana conocemos lo que pasa en nuestras cabezas y en nuestro imaginario cuando las mujeres desaparecemos en el masculino no marcado. Pero hay mucho más. En el hercúleo trabajo La mujer invisible (Descubre cómo los datos configuran un mundo hecho por y para los hombres), la periodista británica Caroline Criado Perez nos habla de lo poco inocentes y objetivas que son las estadística que no contemplen la variable género (y casi ninguna lo hace).Del trazado del transporte público; del frío que pasan las mujeres en la oficina y lo imposible que nos resulta acoplar a nuestra fisionomía unos guantes protectores o un chaleco antibalas; de la distancia entre las teclas del piano; de las tecnologías de inteligencia artificial; de los maniquís de pruebas de choque; de los juegos de realidad virtual; de los ensayos de investigación médica y los planes de salud; de las políticas fiscales y el espacio público; de las estrategias de desarrollo y la gestión de los desastres naturales y las secuelas de las guerras. Un sinfín de resultados de esta brecha de datos de género, a lo largo y ancho de los cinco continentes. Y en todos ellos constata que la vara de medir es Él: el varón (blanco y hábil, cabría añadir), el ser humano por defecto. Y ello es así hasta extremos ridículos, nocivos, antieconómicos y a menudo letales. Un libro documentadísimo (conté un total de 1331 llamadas bibliográficos, sin que ello, ¡ojo!, entorpezca en ningún momento la lectura), requeteactual, muy bien escrito, turbador, divertido, indignante, que debería ser lectura obligada para cualquier persona que toma decisiones que afecten a las personas. Para quienes siguen creyendo que las estadísticas (o el masculino genérico, ahora que lo pienso) nos contienen. Un libro hito, sin duda.

Comentarios

  1. Mil gracias, Heide, por seguir ahí ;-)

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  2. Si son datos técnicos y científicos me lo compraré traducido aunque me salga más caro. Otro muy bueno de hace años es Cuestión de sexos de Cordelia Fine, neurocientífica australiana.

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