Heimat

Heimat, en alemán, significa patria. Hogar. Terruño. Pertenencia (Belonging, se llama este libro inclasificable en su versión original americana). Es, para lxs alemanxs que hemos nacido después del final de la segunda guerra mundial, una palabra difícil. También Nora Krug tuvo que oír, en sus primeros viajes adolescentes al extranjero, un contumaz Heil Hitler!, cada vez que su acento la delataba o que confesaba su procedencia y, de hecho, desde hace casi dos décadas vive en Nueva York. Y así, un buen día decide ir en pos de sus raíces porque "¿Cómo vas a saber quién eres si no sabes de dónde vienes?" La ilustradora vuelve a las poblaciones del suroeste de Alemania de dónde proceden las dos ramas de su familia e indaga en sus múltiples silencios y secretos. Da con escritos, testimonios, archiveros y bibliotecarias, baúles repletos en altillos. De todo ello está compuesto este visualmente prodigioso libro-collage que trata de contestar a la pregunta que atormenta a la autora: ¿Cuál fue la relación de sus antepasadxs con el nazismos? Encuentra respuestas parciales, incompletas, divagantes de las que la forma del libro es un perfecto reflejo. Porque ahí hay cartas, fotografías, objetos encontrados en mercadillos y unos apartados que me resultaron singularmente emocionantes: una relación de cosas "típicamente alemanas" que van del pan negro a cierto pegamento universal, de un tipo de tiritas a una marca de archivadores... y que son doy fe— virtualmente insustituibles.

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